El rap en Valencia: mucho talento, poca unión
Kranz y Cosmos son dos promesas que buscan más reconocimiento en un mundo rodeado de polémica y de interésCosmos en una batalla de gallos en una competición de calle en València. Imagen vía: @rondodecampeones (Instagram)
Miguel Martínez. València
El mundo del hiphop es tan amplio como desconocido. El mainstream ocupa un gran espacio en
el imaginario colectivo y es aquel que más difusión tiene; sin embargo, todo
artista que ahora es famoso ha tenido que pasar por un proceso de
reconocimiento que ha tardado más o menos tiempo en darse. El talento que
esconde la música urbana a veces es incontable, pero solo algunos destacan.
La Comunidad
Valenciana ha dado al rap muchos artistas que ahora son referentes para miles
de personas y que han traspasado las fronteras nacionales, como puede ser el
grupo antisistema Los Chikos del Maíz o el bicampeón nacional de Red
Bull, Arkano. Aun así, muchos más han sido los que se han quedado por el camino por
falta de oportunidades o simplemente porque la sociedad “no escucha más allá de
lo que escucha todo el mundo”. Esto es lo que comenta Kranz, un joven
rapero valenciano que tiene un estilo muy peculiar de hacer música.
Kranz: "No me dan el hueco que merezco"
Kranz en una toma de un videoclip. @kranzykan90 (Instagram)
El rap es para Kranz
un sinónimo de forma de vida y tiene claro que lo más importante a la hora de
escribir es el mensaje que se quiere transmitir, aunque no le resta importancia
al ritmo. Además, junto a la melodía hay otro atributo que destaca en cada una
de sus canciones: la influencia de la calle. El parque, los bancos, las vivencias
en los suburbios le sirven de inspiración y de ayuda cada vez que busca
escribir.
Su estilo es
peculiar. El rapero promedio fluye sobre una base de rap clásica o se aventura a
hacerlo en una de trap o de drill, pero Kranz sabía que podía destacar sobre
los demás y buscó su sonido gracias a la influencia que tiene de géneros como
el tecno, el dance o el house. “Estoy muy infavalorado. No me dan el hueco que
merezco porque hago algo diferente”, respondía con firmeza.
El joven artista
de 22 años no solo considera que la unión en el rap valenciano es casi
inexistente, sino lamenta que también sea un ambiente en el que hay mucho interés
a la hora de colaborar: “Hay casos en los que el dinero manda y se realizan
juntes por puro negocio, pero solo se deberían dar si existe química real entre
ambos artistas”.
“Cuando comienzas
a ser alguien es cuando te das cuenta de quién sí y quién no”. La lealtad o lo
que se conoce en la jerga urbana como “ser real” es un elemento clave para
Kranz, un principio que comparte con su amigo Iván Martínez Simeón, más
conocido como Cosmos en la esfera que integra las promesas del rap valenciano.
Cosmos: "El mundo de las batallas es una basura" Su apodo es
sencillo, no tiene mucha explicación. No surgió de ver Los padrinos mágicos,
sino de una noche mágica con sus amigos rapeando en el parque. Sus amigos y su
familia le acercaron al rap y desde entonces no se ha alejado ni de él ni de
los suyos.
Defensor del rap
más clásico y proclive a la polémica, así es Cosmos. El rapero de diecisiete
años no se muerde nunca la lengua y del panorama valenciano comenta que existe
mucho talento, pero también mucho interés y mucha hipocresía: “Aprovecharse de
alguien es de ser un feka, yo solo trabajo con gente real como lo son
mis amigos”.
Asimismo, Iván ha
estado durante mucho tiempo inmerso en el entorno de las batallas como todo
aquel que inicia en el mundo del rap, aunque ahora prefiere escribir canciones
por encima de todo porque es lo que más le llena. “Ahora mismo, las batallas
son basura. Está todo montado, hace cuatro años todo era distinto”, confiesa
Cosmos.
Para el joven de
diecisiete años la acción de trabajar y lanzar un tema con otra persona no es
algo que se deba hacer a la ligera, ya que cree que se ha de hacer si sale de forma
espontánea. Para él, la escasa unión que hay en Valencia entre artistas se
explica en que la mitad de ellos se juntan solo por los números, algo que le
parece muy triste. “Solo colaboro con colegas, con familia”, afirma Iván, quién
solo tiene un junte y es con su primo David -alias Murdock- que también rapea.
El hecho de que
exista tanta envidia en la industria del hiphop provoca que haya cada vez más beefs
entre artistas. Aunque este fenómeno sí que forma parte de la cultura y se ha
llevado a cabo desde sus inicios, València no es una ciudad en la que prolifere
este tipo de temas dedicados a otros artistas; no obstante, Cosmos ha formado
parte de uno de ellos con su tema Into the feka music dedicado al también
rapero valenciano Alandes. “Nunca puedes aprovecharte de una tiradera, si lo
haces eres un feka”, explicaba.
La falta de compañerismo
entre artistas no es algo destacable solo en Valencia, sino que el rap en
España nunca se ha caracterizado por ello. Si se da alguna colaboración, se da entre cantantes que se
encuentran en la misma posición mediática y muy pocas veces un grande ayuda a
un pequeño a salir a la palestra.
El rapero
madrileño El Jincho en un tema dedicado al rapero malagueño Foyone plasmó en
una de sus frases esta realidad: “Los raperos nuevos tienen que respetar a los
viejos y los viejos deberían apoyar más a los nuevos”.
Tanto Kranz como
Cosmos son dos de esos talentos ocultos que Valencia ostenta y que buscan salir
a la luz, que su trabajo sea más reconocido. El primero sueña en sonar en
discotecas, mientras que el segundo quiere que su mensaje llegue a las personas
que han pasado por lo mismo que él. Comparten una misma forma de vida,
comparten valores y opinan lo mismo de un panorama que podría potenciarse mucho
más de lo que se hace si no hubiese tanto egoísmo ni envidia.
La Comunidad Valenciana ha dado al rap muchos artistas que ahora son referentes para miles de personas y que han traspasado las fronteras nacionales, como puede ser el grupo antisistema Los Chikos del Maíz o el bicampeón nacional de Red Bull, Arkano. Aun así, muchos más han sido los que se han quedado por el camino por falta de oportunidades o simplemente porque la sociedad “no escucha más allá de lo que escucha todo el mundo”. Esto es lo que comenta Kranz, un joven rapero valenciano que tiene un estilo muy peculiar de hacer música.
Kranz en una toma de un videoclip. @kranzykan90 (Instagram) El rap es para Kranz
un sinónimo de forma de vida y tiene claro que lo más importante a la hora de
escribir es el mensaje que se quiere transmitir, aunque no le resta importancia
al ritmo. Además, junto a la melodía hay otro atributo que destaca en cada una
de sus canciones: la influencia de la calle. El parque, los bancos, las vivencias
en los suburbios le sirven de inspiración y de ayuda cada vez que busca
escribir. Su estilo es
peculiar. El rapero promedio fluye sobre una base de rap clásica o se aventura a
hacerlo en una de trap o de drill, pero Kranz sabía que podía destacar sobre
los demás y buscó su sonido gracias a la influencia que tiene de géneros como
el tecno, el dance o el house. “Estoy muy infavalorado. No me dan el hueco que
merezco porque hago algo diferente”, respondía con firmeza. El joven artista
de 22 años no solo considera que la unión en el rap valenciano es casi
inexistente, sino lamenta que también sea un ambiente en el que hay mucho interés
a la hora de colaborar: “Hay casos en los que el dinero manda y se realizan
juntes por puro negocio, pero solo se deberían dar si existe química real entre
ambos artistas”. “Cuando comienzas
a ser alguien es cuando te das cuenta de quién sí y quién no”. La lealtad o lo
que se conoce en la jerga urbana como “ser real” es un elemento clave para
Kranz, un principio que comparte con su amigo Iván Martínez Simeón, más
conocido como Cosmos en la esfera que integra las promesas del rap valenciano. Cosmos: "El mundo de las batallas es una basura" Su apodo es
sencillo, no tiene mucha explicación. No surgió de ver Los padrinos mágicos,
sino de una noche mágica con sus amigos rapeando en el parque. Sus amigos y su
familia le acercaron al rap y desde entonces no se ha alejado ni de él ni de
los suyos. Defensor del rap
más clásico y proclive a la polémica, así es Cosmos. El rapero de diecisiete
años no se muerde nunca la lengua y del panorama valenciano comenta que existe
mucho talento, pero también mucho interés y mucha hipocresía: “Aprovecharse de
alguien es de ser un feka, yo solo trabajo con gente real como lo son
mis amigos”. Asimismo, Iván ha estado durante mucho tiempo inmerso en el entorno de las batallas como todo aquel que inicia en el mundo del rap, aunque ahora prefiere escribir canciones por encima de todo porque es lo que más le llena. “Ahora mismo, las batallas son basura. Está todo montado, hace cuatro años todo era distinto”, confiesa Cosmos. Para el joven de diecisiete años la acción de trabajar y lanzar un tema con otra persona no es algo que se deba hacer a la ligera, ya que cree que se ha de hacer si sale de forma espontánea. Para él, la escasa unión que hay en Valencia entre artistas se explica en que la mitad de ellos se juntan solo por los números, algo que le parece muy triste. “Solo colaboro con colegas, con familia”, afirma Iván, quién solo tiene un junte y es con su primo David -alias Murdock- que también rapea. El hecho de que exista tanta envidia en la industria del hiphop provoca que haya cada vez más beefs entre artistas. Aunque este fenómeno sí que forma parte de la cultura y se ha llevado a cabo desde sus inicios, València no es una ciudad en la que prolifere este tipo de temas dedicados a otros artistas; no obstante, Cosmos ha formado parte de uno de ellos con su tema Into the feka music dedicado al también rapero valenciano Alandes. “Nunca puedes aprovecharte de una tiradera, si lo haces eres un feka”, explicaba. La falta de compañerismo
entre artistas no es algo destacable solo en Valencia, sino que el rap en
España nunca se ha caracterizado por ello. Si se da alguna colaboración, se da entre cantantes que se
encuentran en la misma posición mediática y muy pocas veces un grande ayuda a
un pequeño a salir a la palestra. El rapero
madrileño El Jincho en un tema dedicado al rapero malagueño Foyone plasmó en
una de sus frases esta realidad: “Los raperos nuevos tienen que respetar a los
viejos y los viejos deberían apoyar más a los nuevos”. Tanto Kranz como
Cosmos son dos de esos talentos ocultos que Valencia ostenta y que buscan salir
a la luz, que su trabajo sea más reconocido. El primero sueña en sonar en
discotecas, mientras que el segundo quiere que su mensaje llegue a las personas
que han pasado por lo mismo que él. Comparten una misma forma de vida,
comparten valores y opinan lo mismo de un panorama que podría potenciarse mucho
más de lo que se hace si no hubiese tanto egoísmo ni envidia. |
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