Limpieza de obstáculos
Alba Escrivá. Castelló
Las luces bajan, el público guarda silencio y los altavoces comienzan a emitir el armonioso dúo que forman las voces de Freddie Mercury y Montserrat Caballé cantando Barcelona. Mientras, los focos alumbran el carro que acaba de salir a escena, carro que, lejos de transportar la llama que dará comienzo al evento, trae consigo, ¿productos de limpieza?
Pues sí, con un número musical y algo de lejía por aquí y por allá, comienza OhLimpiadas!, el espectáculo de teatro y clown que la compañía gallega Sincronacidas empezó a llevar de ciudad en ciudad de toda España allá por 2018, y que, tras haber sobrevivido a los daños económicos que la pandemia ha causado en la industria cultural, sigue triunfando, de la mano de Irina Pechacova e Ishu Min, las dos protagonistas encarnadas por las intérpretes Mónica Suárez y Berta Garriga respectivamente.
La obra, como pudieron ver quienes estuvieron presentes los días uno y dos de octubre en Gandia (València), donde se llevaron a cabo las últimas actuaciones, narra la historia de un par de señoras de la limpieza que sueñan con llegar a lo más alto de los Juegos Olímpicos, pero es, en realidad, una crítica a los múltiples obstáculos que debe superar una mujer para formar parte de esa élite de deportistas que acostumbramos a ver cada cuatro años en la pequeña pantalla.
Así pues, entre escobas que barren el hielo de una imaginaria pista de curling, saltos de pértiga con la fregona, acrobacias varias, o una fantástica exhibición de natación sincronizada sobre la superficie, ambas intentan cumplir su misión, consistente en dejar el suelo limpio como una patena, mientras se enfrentan a los duros comentarios de la periodista, y colaboradora en el show, Julia Luna, sobre si la belleza y depilación de una o el divorcio de la otra, afectarán a sus resultados en la ficticia competición.
Dicha reivindicación no tiene, sin embargo, un tono serio, puesto que, con su asombrosa habilidad para cambiar de vestuario con gran rapidez y hacer de los materiales higiénicos, herramientas para el deporte, Pechacova y Min, se hacen con el corazón de un público que, sin darse cuenta, acaba siendo víctima de ese satisfactorio dolor en las mejillas que afecta a uno cuando ha pasado mucho rato sin poder parar de reír.
Es entre carcajada y carcajada, cuando los presentes tienen tiempo para reflexionar sobre la sociedad patriarcal en la que viven, donde el número de mujeres deportistas no llegó a representar, según las estadísticas del Comité Olímpico Internacional, el 50 % en Tokio 2020 y, las entrenadoras y juezas de competición siguieron siendo, con mucha diferencia respecto a los hombres, minoría.
Con estas, y otras abrumadoras cifras, terminan por todo lo alto las actrices santiaguesas, un espectáculo lleno de escenas cómicas, circo, y mucha energía, que, sin duda, deberían ver todos los aficionados al teatro de calle, al menos, una vez en la vida.
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