Limpieza de obstáculos


Captura de pantalla del tráiler, disponible en YouTube, del espectáculo.
Captura de pantalla del tráiler, disponible en YouTube, del espectáculo

Alba Escrivá. Castelló

Las luces bajan, el público guarda silencio y los altavoces comienzan a emitir el armonioso dúo que forman las voces de Freddie Mercury y Montserrat Caballé cantando Barcelona. Mientras, los focos alumbran el carro que acaba de salir a escena, carro que, lejos de transportar la llama que dará comienzo al evento, trae consigo, ¿productos de limpieza?

Pues sí, con un número musical y algo de lejía por aquí y por allá, comienza OhLimpiadas!, el espectáculo de teatro y clown que la compañía gallega Sincronacidas empezó a llevar de ciudad en ciudad de toda España allá por 2018, y que, tras haber sobrevivido a los daños económicos que la pandemia ha causado en la industria cultural, sigue triunfando, de la mano de Irina Pechacova e Ishu Min, las dos protagonistas encarnadas por las intérpretes Mónica Suárez y Berta Garriga respectivamente.

La obra, como pudieron ver quienes estuvieron presentes los días uno y dos de octubre en Gandia (València), donde se llevaron a cabo las últimas actuaciones, narra la historia de un par de señoras de la limpieza que sueñan con llegar a lo más alto de los Juegos Olímpicos, pero es, en realidad, una crítica a los múltiples obstáculos que debe superar una mujer para formar parte de esa élite de deportistas que acostumbramos a ver cada cuatro años en la pequeña pantalla.

Así pues, entre escobas que barren el hielo de una imaginaria pista de curling, saltos de pértiga con la fregona, acrobacias varias, o una fantástica exhibición de natación sincronizada sobre la superficie, ambas intentan cumplir su misión, consistente en dejar el suelo limpio como una patena, mientras se enfrentan a los duros comentarios de la periodista, y colaboradora en el show, Julia Luna, sobre si la belleza y depilación de una o el divorcio de la otra, afectarán a sus resultados en la ficticia competición.

Dicha reivindicación no tiene, sin embargo, un tono serio, puesto que, con su asombrosa habilidad para cambiar de vestuario con gran rapidez y hacer de los materiales higiénicos, herramientas para el deporte, Pechacova y Min, se hacen con el corazón de un público que, sin darse cuenta, acaba siendo víctima de ese satisfactorio dolor en las mejillas que afecta a uno cuando ha pasado mucho rato sin poder parar de reír.

Es entre carcajada y carcajada, cuando los presentes tienen tiempo para reflexionar sobre la sociedad patriarcal en la que viven, donde el número de mujeres deportistas no llegó a representar, según las estadísticas del Comité Olímpico Internacional, el 50 % en Tokio 2020 y, las entrenadoras y juezas de competición siguieron siendo, con mucha diferencia respecto a los hombres, minoría.

Con estas, y otras abrumadoras cifras, terminan por todo lo alto las actrices santiaguesas, un espectáculo lleno de escenas cómicas, circo, y mucha energía, que, sin duda, deberían ver todos los aficionados al teatro de calle, al menos, una vez en la vida.


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