Las ciudades pequeñas reivindican la importancia de sus festivales de cine
Los directores de estos actos quieren acercar la cultura a los más jóvenes
Programación del festival de cine de Almassora. Foto vía: Página web del Ayuntamiento de Almassora.
Nuria González. Castelló.
En
España, en gran parte de sus ciudades, se realizan cada año festivales de cine
de todo tipo como cortometrajes, documentales, largometrajes, etc. Sin embargo,
en ocasiones, estos actos culturales se llegan a desconocer, ya que ciudades
más pequeñas y pueblos como Castelló de la Plana, Almassora o Zaragoza no
obtienen la misma difusión ni se les da la misma visibilidad e importancia, a
pesar del trabajo cultural que realizan, a diferencia de otras localidades más
grandes y conocidas. No obstante, obtener ese reconocimiento y esa relevancia también
depende de los recursos que cada uno tiene y de las ayudas económicas que reciben
por parte del Ayuntamiento de su ciudad o de entidades tanto públicas como
privadas.
Uno
de los festivales de cortometrajes internacional que se lleva realizando desde
hace 3 años es el ALMA, esta muestra se hace en Almassora, un municipio de la
Comunitat Valenciana cerca de Castelló de la Plana. Sergi González, director
del cortometraje, señaló que el impacto en la sociedad es mucho más grande
cuando estos festivales se realizan en un lugar mucho más pequeño y, además,
declaró que él sí que consideraba, en su caso, que obtenían la misma
visibilidad que otros: “Da igual si la ciudad es grande o pequeña, en nuestro
caso se nos valora bien, la gente responde y viene a vernos”.
Sin
embargo, José Luís Sánchez, director y productor ejecutivo del festival cinematográfico de Zaragoza, fue tajante y manifestó que no hay un equilibrio entre todas las
ciudades a la hora de dar a conocer estos actos: “Los festivales o actividades
culturales en ciudades grandes tienen un gran respaldo, sobre todo cuando ya
tienen un cierto tiempo y consolidación”. Por su parte, José Manuel Zapata,
miembro y organizador de la semana de cine de montaña de Castelló de la Plana,
comentó que el estilo de cine que ellos llevan a cabo, en las grandes ciudades
no funciona tanto como en Castelló: “Es curioso, pero, además, en muchos sitios
ni siquiera lo realizan ni lo tienen”.
No
obstante, estos directores y miembros han coincidido en que las ayudas, el
apoyo o los recursos económicos son un punto clave para que los festivales de
cine puedan funcionar. Sergi González mencionó que en Almassora hay muchos
festivales y cortometrajes de todo tipo y que tienen la suerte de que el Ayuntamiento
les apoya mucho y les da facilidades para todo: “El Ayuntamiento es consciente
de que esta inversión que hace luego obtendrá una repercusión muy importante en
la propia ciudad”. En cambio, también ha confesado que darse a conocer depende en
gran parte de la capacidad que cada uno tiene para comunicarlo y que “es de
sentido común” promocionar al festival más pequeño, ya que tal vez es el que
más lo necesita, pues hay algunos que son tan reconocidos que no les hace falta
ayuda y funcionan solos.
Por
otro lado, los festivales de Zaragoza y Castelló no tienen la misma fortuna: “Ha
habido problemática en el desarrollo de lo que nos gustaría haber realizado
realmente, las circunstancias de la COVID-19 han dejado de lado todos los
recursos necesarios”, expuso José Luís Sánchez. Por otra parte, Zapata afirmó
que no tienen ayudas económicas y que este proyecto lo llevan ellos por su
parte de manera autónoma e independiente: “El ayuntamiento nos pone el teatro y
los trabajadores, pero nada más”.
Asimismo,
estos festivales tienen un objetivo en común: acercar a la gente más joven al
cine y promover la cultura audiovisual entre la población activa. “El cine es
muy importante para la educación y esto hay que aproximarlo a los más pequeños”,
comentó Sergi González. Por otra parte, el director del festival de Zaragoza,
mencionó que la idea es que el festival cinematográfico sirva como punto de
encuentro para los jóvenes y realizadores de este país: “Para nosotros lo más
importante es nuestro público, deben de conocer el terreno del cine. Es primordial
que esto tenga parte de apoyo a la formación y educación de los chavales, ya
que luego ellos serán los principales realizadores, guionistas o simplemente nuestro
público”.
El
concejal de cultura de Almassora, Javier Mollá, declaró que la continuidad es
una de las cosas más importantes al igual que la programación y la agenda
cultural: “Así las personas se acostumbran y habitúan, se trata de que la gente
tenga una rutina cada fin de semana y se acerquen más a la cultura”. Además,
señaló que es necesario e imprescindible visibilizar la cultura a través de
actividades como estas para concienciar así a la sociedad y que tengan ganas de
consumir y participar en ello.
Asimismo,
Sergi González reivindicó la importancia de que las personas tengan ganas de
que se hagan estos festivales: “Es fundamental que la gente sea quien te
pregunte si estos actos se van a realizar y cuándo, que tengan interés, pues es
necesario enriquecer la cultura y los conocimientos de cada localidad”. Por otra
parte, Javier Mollá confesó que es difícil que el público vaya a los espacios
culturales: “Les cuesta”, pero que por ello es importante animar a que la gente
salga de sus casas para acudir a estos actos.
Las
redes sociales, como Facebook y sobre todo Instagram, se han convertido en uno de
los medios claves para difundir, promocionar o dar a conocer los actos
culturales y estos festivales de cine. “Es la manera más rápida de llegar a la
gente e interactuar con ellos”, comentó el director del festival de Almassora. Sin
embargo, otros como José Manuel Zapata y José Luís Sánchez consideran que el
boca a boca, los medios de comunicación y la publicidad también son
importantes. “Al fin y al cabo lo que más nos interesa es nuestra propia ciudad,
que ellos estén al corriente de cada cosa que hacemos donde viven”, explicó el
director del festival de cine de Zaragoza.
El debate sobre si se le da la misma visibilidad e importancia a los festivales cinematográficos que se realizan en ciudades pequeñas a comparación de otras ciudades grandes va a seguir estando presente, pues esto continuara dependiendo de las ayudas o recursos que obtenga cada uno. Por otro lado, lo que queda claro es que los festivales de cine o actos culturales merecen las mismas oportunidades, sobre todo los más pequeños, ya que otros son tan conocidos que no necesitan ayudas, pues por sí mismos funcionan correctamente. Además, estas ciudades tienen un objetivo en común: acercar al público más joven al mundo cinematográfico y al audiovisual, porque ellos son el futuro y es fundamental crear en todos esas ganas e interés de acudir a estos actos y consumirlos.
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