Guadi Galego : ‹‹Son lenguas minoritarias y, además, minorizadas››

 
España cuenta con artistas que cantan en catalán, gallego o euskera, pero sigue habiendo ciertos prejuicios a la hora de escuchar música en estos idiomas

Alba Escrivá. Gandía (Valencia)

‹‹Son lenguas minoritarias y, además, minorizadas››, comenta la artista Guadi Galego hablando sobre el catalán, el euskera y el gallego, idioma, este último, en el que acostumbra a cantar. Durante años, estas tres maneras de hablar fueron víctimas de una discriminación por parte del franquismo. Es verdad, no hubo leyes que prohibieran explícitamente dichos idiomas, pero sí normas, tal y como demuestran los BOE publicados entre 1938 y 1944, que dejaban claro que el castellano era la gran y única lengua del país de cara a la galería.

Las escuelas y la educación omitían, a veces no por voluntad propia, todo aquello que no tenía que ver con el español, y cosas como los documentos públicos e, incluso, los nombres de los recién nacidos, solo podían estar escritos en castellano.

Movimientos como el de La Nova Cançó, cuyo origen tuvo lugar ya en 1959, o hechos como que Joan Manel Serrat se negara a ir a Eurovisión si no le dejaban cantar La, la, la en catalán, pusieron de manifiesto que la cultura, ese conjunto de rasgos que, al fin y al cabo, reflejan el presente de una sociedad, tampoco estaba exenta de tal represión.

Hoy en día, en teoría, las cosas han cambiado y, aunque el idioma oficial del país sigue siendo el castellano, las personas tienen derecho a aprender su lengua y a utilizarla más allá de su entorno familiar.

En la práctica, sin embargo, hay episodios dentro del panorama musical español que hacen preguntarse a uno si de verdad no quedan vestigios de ese escenario de posguerra en el que amar tu cultura podía significar meterte en verdaderos problemas. El boicot al grupo Zetak al ir a grabar un videoclip a la localidad de Andosilla (Navarra) en 2020 por cantar en euskera, o la cancelación, este noviembre, del concierto de Tito Pontet en Montanejos (Castellón) por cantar en valenciano, son ejemplo de ello.

Se trata, es cierto, de hechos aislados, pero sigue habiendo pequeños gestos que, hoy en día, los intérpretes como Galego no se explican. ‹‹Todavía me preguntan por qué canto en gallego cuando no deberían cuestionarlo, es mi lengua››, dice.

Guadalupe Cribeiro Galego, lleva 24 años dedicándose a la música, aunque su carrera en solitario comenzó hace 12. Entre sus éxitos, destaca el disco Immersión donde canta en, ni más ni menos que siete idiomas, colaborando con otros artistas.

Su familia, comenta, le apoyó desde el principio y explica que, en realidad, cuando una canta en x idioma la gente ya se lo espera y que la cosa cambia al componer, escribir o traducir una canción, ‹‹ahí es cuando te dicen “ostras, ¿lo vas a hacer en gallego?”››.

Pese a esto, crear música en una lengua cooficial no tiene por qué ser un problema, o así lo ven, al menos, Joanes Arrizabalaga y Rubén García, componentes del grupo navarro Bastardix. ‹‹A veces cantar en euskera en el País Vasco y Navarra, más que cerrar puertas te las abre››, dicen, argumentando, que esto da pie a actuar para la gente joven y en fiestas de pueblos.

Bastardix nació en 2016 pero sus nueve integrantes ya tenían una trayectoria musical detrás cuando comenzaron. ‹‹La mayoría de nosotros formábamos parte de otros grupos donde también cantábamos canciones en euskera››, comenta García. Cuenta, por otro lado, que la idea principal era ‹‹intercalar estas canciones con otras en castellano››.

Y es que, si bien con un repertorio en euskera también surgen oportunidades, lo hacen, en su mayoría, en Navarra y el País Vasco de modo que, actuar también en español, supone poder salir de ese territorio.

En el propio norte, de hecho, según un estudio del Observatorio Vascode la Cultura, solo poco más de la mitad (55 %) de los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra e Iparralde escuchaban, en 2019, cantantes o grupos musicales en esta lengua. Dato que resulta, cuanto menos, curioso dado que la música en euskera ha estado, según Arrizabalaga y García, muy presente en esa franja de España desde la década de los 80.

Ahora, eso sí, la cantidad de grupos y géneros ha aumentado porque ‹‹hay más variedad››, es decir, existen grupos de folk-rock, como es su caso, ‹‹pero también otros de ska, pop, metal e, incluso, de reggaeton››, dicen entre risas.

En el caso del catalán, como da a entender el director del sello discográfico Discmedi, Alex Eslava, el panorama musical ha cambiado notablemente. La empresa se dedica a editar, producir y distribuir música internacional, sí, pero también en la lengua romance. Por eso, desde sus inicios en el año 89, ha visto cómo la industria musical catalana iba evolucionando.

‹‹Es un orgullo pensar que al principio éramos cinco o seis discográficas, que había 10, 15, o 20 artistas nuevos y que ahora hay 60 o 70 discográficas y centenares de cantantes en catalán››, explica, poniendo el foco en otro problema porque, afirma, ‹‹vivimos en un país que no tiene ningún programa que apoye a la discografía catalana en la televisión››.

El canal del audio por excelencia tampoco se salva, ‹‹lo mismo pasa con la radio pública, que discrimina por razones de gustos personales y creen que lo que les gusta a ellos es lo que gustará al público››, dice.

¿Excluyen, pues, los medios de comunicación, a la música que no está en español? Los medios y también las aplicaciones. En enero, según el InformeCAT 2021 de Plataforma per la Llengua, Spotify publicó por primera vez una lista propia con temas exclusivamente en catalán. Este dato podría considerarse un avance, pero resulta chocante al saber que hace ya 13 años que comenzó a ser utilizada en tierras catalanoparlantes y todavía no había hecho nada parecido.

Aún con esta falta de apoyo por parte de las diferentes vías comunicativas, existen grupos como Niuss, que cantan en valenciano y, con solo un año de vida, ya han conseguido traspasar muchas fronteras. Así lo cuenta su cantante, Paula Bernal, que comenta, orgullosa, cómo su música ha llegado a ‹‹59 países diferentes›› y ha tenido éxito, especialmente, en ‹‹Marruecos, Japón, Nicaragua y Grecia››.

Los componentes de esta banda de pop, rumba y reggae piensan, debido a su gran alcance, que no es verdad que el valenciano no abra las mismas puertas que el castellano. ‹‹No deja de ser una lengua. Lo que nosotros transmitimos son mensajes y los mensajes pueden llegarte desde cualquier idioma››, defiende Bernal.

Eslava discrepa, y piensa que, si bien cantar en catalán, gallego, euskera o, incluso, aragonés, no significa que no puedas tener éxito, ‹‹la lengua limita››. Limita y, a veces, conlleva injusticias. Él mismo vivió una cuando su empresa iba a presentar el disco del grupo tarraconense Lax’n Busto a una sala de Valencia capital y, tras haber hecho la promoción, se vio obligada a hacerlo en una discoteca a 20 km porque, un día antes, le dijeron que el Ayuntamiento no les había dado permiso.

La censura sufrida por Discmedi, Tito Pontet o Zetak, no echa para atrás a ninguno de los artistas mencionados. ‹‹Nosotros no hemos tenido nunca miedo a eso, si nos viene a boicotear, por ejemplo, un grupo de extrema derecha, pues que boicotee lo que quiera. Si no nos dejan tocar, qué le vamos a hacer››, sostiene Rubén García.

Y si otra cosa tienen en común los cuatro intérpretes, es su lazo con el idioma que los vio crecer. ‹‹Cantar en valenciano no fue una cosa que planeásemos, es la lengua que queremos y en la que hablamos. Simplemente nos expresamos así y no pensamos que haya otra forma de hacerlo››, asegura la vocalista de Niuss.

Por eso, por ser la lengua en la que piensan y porque les parece importante, como dice Arrizabalaga, ‹‹mantener las raíces de su tierra››, ninguno se lo piensa dos veces a la hora de animar a aquellos que quieren empezar en el mundo de la música, pero tienen miedo de no usar el castellano.

Al final, público, dicen los navarros, hay ‹‹de todos los colores››, y si uno quiere sacar su música en otro idioma o, como sugiere Galego, ir probando para ver con qué lengua se siente a gusto, pues, insisten, hay que seguir adelante ‹‹porque para eso es la música, para pasárselo bien››.

 

 

 

 

 

 

 

 

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