To Pimp a Butterfly: Un grito angustiado resuena en la actualidad
Tras el anuncio del último álbum de Kendrick Lamar echamos la mirada atrás a uno de sus proyectos más notorios.
Adrián Ruck. Castellón.
| Carátula original del Álbum To Pimp a Butterfly de Kendrick Lamar |
To Pimp a Butterfly, en español, Prostituir una Mariposa, es el tercer álbum del rapero de la West Coast, miembro de Black Hippie y Top Dog Entertainment Kendrick Lamar. Tras su debut en 2011 con Section 80, que mostraba una gran promesa con rimas muy interesantes y cargadas de significado, llegó su segundo lanzamiento, Good Kid Maad City.
Éste es posiblemente uno de los mejores álbumes conceptuales de los últimos tiempos y con el que Kendrick comenzó a hacerse sitio en la escena internacional de rap. En este proyecto contaba la historia de un joven Kendrick, o en realidad la de muchos jóvenes como él, enfrentándose a presiones sociales, drogas y violencia callejera en las calles de Compton.
Después de el éxito encontrado con Good Kid Maad City, Lamar abandona por completo los sonidos más mainstream y apuesta en su lugar por unas bases instrumentales muy inventivas, gracias a sus colaboraciones con artistas como Flying Lotus, George Clinton, Thundercat, Rapsody, y Bilal, entre otros. Las influencias que emplea van desde el Jazz, hasta un Soul muy psicodélico.
A parte de las instrumentales, otro punto muy destacable es la estructura del álbum, cuya narrativa general es la de un poema que Kendrick va contando al final de cada canción, y que, al final del álbum resulta ser parte de una conversación ficticia con el difunto Tupac Shakur. Las respuestas de Tupac a esta conversación vienen sacadas de una vieja entrevista del artista que se grabó en los noventa y que muestran que los problemas sociales y políticos que Kendrick resalta en sus canciones son las mismas que llevan plagando a su comunidad desde antes del comienzo del siglo.
Y es que, en este álbum, Kendrick tiene mucho que decir, y lo hace de una forma personal y muy cruda, llevándolo todo a su territorio y acercando al oyente de una forma que facilita la comprensión de situaciones políticas muy complejas, que hoy en día siguen causando gran debate.
Con las canciones The Blacker the Berry y Alright, Kendrick lanza un mensaje de angustia y frustración, incluso de ira hacia las injusticias que sufre la comunidad negra en América, y que se volvieron muy prevalentes con el movimiento BLM poco después de la publicación de este álbum.
Además de denunciar la opresión sistémica que sufren, también lanza una advertencia a su propia comunidad, alegando que ellos mismos se destruyen con situaciones como el tráfico de drogas o la violencia callejera entre negros. En otros temas como King Kunta o For sale?, habla sobre artistas nublados por el éxito y el dinero que luchan entre ellos mientras son explotados por las compañías de la industria musical, sus verdaderos enemigos.
To
Pimp a Butterfly cobra relevancia de nuevo hoy en día, con el nuevo auge de racismo
en la sociedad americana, esta vez en contra de la comunidad asiática, así como
la perpetuación de la violencia racial de la policía en Estados Unidos o los
recientes escándalos de artistas como Britney Spears, cuyas vidas han sido
marcadas por la industria de la música.
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