"Collapsed in sunbeams": cotidianidad proyectada desde la habitación de una adolescente

El disco que alzó a Arlo Parks con el Mercury Prize es una muestra de los gustos intimistas que está consolidando una nueva generación ya marcada por los efectos del COVID-19

 

Portada de Collapsed in Sunbeams de Arlo Parks (Transgressive Records, 2021)

Pau Martínez. Castelló

No cualquier artista puede transformar un bombo y un platillo en su leitmotiv para acercarlos a las habitaciones de miles de personas mientras cuenta sus pensamientos diarios como mujer negra y queer. Pero Anaïs Oluwatoyin Estelle Marinho, a.k.a. Arlo Parks es capaz de conectar más allá con sus oyentes. Y vaya si lo es.

Collapsed in sunbeams (Transgressive Records, 2021) se trata del primer álbum de estudio de la joven artista inglesa Arlo Parks tras los EP de Sophie Super Sad Generation (Transgressive Records, 2019). La cantante londinense deja atrás el estigma del hip-hop y la comunidad negra con un bedroom pop característico desde sus primeras obras. La tendencia de las nuevas generaciones para tratar temas menos alegres y dar enfoques derrotistas no es ajena para los principales mercados del mundo como son los Estados Unidos o el Reino Unido y Collapsed in sunbeams confirma esta nueva dinámica.

Para su primer trabajo de larga duración y tras un 2020 marcado por la pandemia a nivel mundial, Parks consigue canalizar sus sentimientos ante un público al que ya había enseñado a saber escuchar más allá de la música en sus trabajos previos. Con la ayuda del productor Paul Epworth (Adele, Coldplay, Bruno Mars) Parks nos ofrece un álbum que en apenas 40 minutos nos lleva por 12 canciones accesibles por partes iguales con la nostalgia y la vulnerabilidad como motivos principales. Eso sí, la letra del disco ha contado con la ayuda de otros 4 escritores, que ayudan a dar forma a los pensamientos de Parks sin quitarle mérito a la artista británica.

El disco

Collapsed in sunbeams inicia su relato con una breve introducción de título homónimo. En ella, Parks nos abre las puertas de su corazón mediante el estilo del spoken word acompañado de un ukelele y de sonidos etéreos. Con el comienzo de las canciones propiamente dichas nos encontramos con Hurt, un uptempo claramente de R&B que nos da pinceladas de brocha gorda sobre el enfoque musical y escrito sobre el que vertebra todo el disco. En Too Good el ánimo parece cambiar para bien con una guitarra que toma protagonismo y que nos trae reminiscencias del virtuoso Tom Misch.

Hope, la canción más larga del disco, vuelve por el sendero pesimista del principio del álbum y jugando con la ironía de su propio título. Aunque el sentimiento de esperanza sigue presente en forma de un verso repetitivo.

No, en Caroline no se aborda el amor prohibido ni el crush de Anaïs a pesar del título. En este caso son los sentimientos de Parks los que le permiten describir su realidad sino que es la realidad la que permea los pensamientos de la cantante. Arlo admitió que había compuesto la letra de la canción tras presenciar una pelea de pareja en medio de la calle, inspiración que contrasta con la felicidad desbocada que caracteriza la canción.

Para la mitad del disco volvemos al aura intimista de ukelele que nos recuerda que seguimos en la habitación de una joven viendo la vida pasar como se puede escuchar en Black Dog, canción dedicada a la mejor amiga de la artista británica. Sin embargo, esta sirve para dar paso a la canción que mejor encapsula el sonido de todo el álbum y que curiosamente es la que más acusa la repetitividad rítmica, en la cual colabora Clairo. Aunque todo esto pasa a un segundo plano cuando nos damos cuenta de que Green Eyes relata la relación fallida de Parks con otra chica por el auto rechazo por la condición sexual de ella.

Just Go incorpora una guitarra Funky para añadir Groove al LP en el giro más popero de todo el álbum en una canción disfrutable y agradable, carente de pretensiones. De nuevo, la marcha de Just Go contrasta con la resignación de For Violet, probablemente la canción más oscura de todo el disco.

En Eugene, la canción más popular del álbum podemos oír una guitarra que fácilmente podría estar sacada de In Rainbows de Radiohead, uno de los mejores discos de la década de los 2000 y uno de los que mejor han conseguido encapsular la nostalgia.

Ya acercándonos al final Bluish nos descoloca de la monotonía con un ritmo caribeño hasta ese momento inédito. Parks admite a Apple Music haber compuesto esta canción con Radiohead como sorprendente referencia para hacer sentir al oyente el sentimiento claustrofóbico de una amistad: «Quería hacer sentir la canción muy cercana, hacerla compacta, pero transmitir libertad en entornos extraños».

Para cerrar el álbum Portra 400 nos encaja en los créditos de la típica película para adolescentes como el Club de los cinco o Las ventajas de ser un marginado para darnos esperanza de cara al futuro, con  Just Kids de Patti Smith.

 







Aclamado por la crítica británica

Collapsed in sunbeams se trata de un álbum de sonido compacto y muy característico que vertebra sobre sus letras. Los altibajos anímicos hacen de su escucha todo un viaje con el que nos podemos sentir plenamente identificados en mayor o menor forma, con una monotonía diaria representada en forma de batería en ocasiones un tanto repetitiva.

Pocos artistas han conseguido poner de acuerdo a la BBC y a una industria musical muchas veces criticada por estar enrocada en el pasado. Que encima lo haga una artista que apenas supera la veintena de edad, es aún más meritorio y un indicativo de que hay que adaptarse y saber reinventarse.

Precocidad y talento no son términos opuestos, y cuando parece que estemos escuchando los pensamientos de una adolescente desde su propio cerebro sabemos que hemos conseguido contactar con lo que buscaba transmitirnos Arlo Parks.

Sigue a Pau Martínez Caimari en Twitter.

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